sábado, septiembre 29, 2007

Conviértete en el Maestro Perfecto

Te exhorto a recordar
que te he escogido a ti
para que le ense­ñes al Reino
lo que es el Reino.


Esta lección no admite excepcio­nes
porque la falta de excepciones es la lección en sí.

Cada Hijo que regresa al Reino
con esta lección en su corazón
ha sanado a la Filiación
y ha dado gracias a Dios.


Todo aquel que aprende esta lección
se convierte
en el maestro perfecto
porque la ha apren­dido del Espíritu Santo.



Texto Cap. 7.XI.4
Un Curso de Milagros
A Course in Miracles

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Lecturas Recomendadas

miércoles, septiembre 26, 2007

Advenimiento En-Línea


Cada segundo Sábado de mes está programado un Advenimiento en Línea.
.
Escúchalo en idioma Español,
de 10:00 a 13:00 horas (CST, Central Standard Time).
.
Entra al link para registrarte y estar listo
para unirte a la luz del Amor en el próximo Advenimiento.

martes, septiembre 25, 2007

Mi libre albedrío, una sola decisión

De todas las aparentes vías, caminos, opciones o alternativas que en el mundo se me presentan todas se reducen a sola decisión -que puedo elegir a cada instante- y el resultado dará evidencia de mi elección.


Optar por la Verdad o las ilusiones

Optar por lo Real o lo irreal

Optar por el Amor o por el miedo

Optar por la Paz o la guerra

Optar por la Resurrección o por la crucifixión

Optar por la Felicidad o por el sufrimiento

Optar por la Vida o por la muerte

Optar por la Unicidad o por la separación

Optar por la Santidad o por el pecado




"Dos caminos se bifurcaban en un bosque, y yo-
yo tomé el menos transitado,
y eso ha hecho toda la diferencia."
frag. Robert Frost

lunes, septiembre 24, 2007

Paz con los maestros de paz



Maestros de inocencia, cada uno a su propio modo, se han unido asumiendo su parte en el programa de estudios unificado de la Expiación. No hay unidad en aprender objetivos aparte de este. En este programa de estudios no hay conflicto, pues tiene un solo afán indistíntamente de cómo se enseñe. Cada esfuerzo hecho en su nombre es ofrecido a la eterna gloria de Dios y Su creación para el solo propósito de liberar de la culpa. Y cada enseñanza que apunte a esto, apunta directamente al Cielo y a la paz de Dios. No hay dolor, pruebas o temor que esta enseñanza no pueda vencer. El poder de Dios Mismo sostiene esta enseñanza y garantiza sus resultados ilimitados.

Une tus propios esfuerzos al poder que no puede fracasar y que debe dar como resultado la paz. No hay nadie que no sea conmovido por una enseñanza como esta. No te verás excluido del poder de Dios si tu enseñas solo esto. No estarás excento de los efectos de esta santísima lección, que busca solamente restaurar lo que constituye el derecho de la creación de Dios. De todo aquel que tu acuerdes liberar de la culpa, tu inevitablemente aprenderás tu inocencia. El círculo de la Expiación no tiene final. Y en tu salva inclusión en el círculo encontrarás una confianza siempre creciente con cada uno que tu traigas dentro de su seguridad y su perfecta paz.

Que la paz sea en todo aquel que se convierte en un maestro de paz.

Texto Cap.14.V.6 y 7


Un Curso de Milagros




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miércoles, septiembre 19, 2007

I. Principios de los Milagros. 27

Un milagro es una bendición Universal de Dios a todos mis hermanos por mediación mía. Perdonar es el privilegio de los perdonados.



Texto Cap.1.I.27
Un Curso de Milagros

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martes, septiembre 18, 2007

La única receta

"Lo único que necesito ante cualquier situación es quedarme en silencio (de mi mente), y decir con toda sinceridad "Yo, no sé", y luego escuchar lo que tienes que hacer.



Esa es la única receta, cada situación es diferente, puede que veas sanar a la persona o puede que la veas empeorar, es su libertad.

Pero seguir la guía del Espíritu Santo es lo mejor que puedes hacer por él, y por ti mismo."

José Lorenzo Rodríguez


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lunes, septiembre 17, 2007

Sobre la compasión y la empatía (Parte II)

En la parte I de estos pensamientos, posiblemente quedó una pequeña duda. Una duda que se expresa a lo largo de nuestro despertar de muy distintas maneras, pero que puede resumirse de la siguiente manera: Está bien, todo eso que (dijiste/leí/escuché) está muy bonito, pero ¿Por dónde empiezo, qué debo hacer exactamente?

Ya habíamos establecido que para aliviar el sufrimiento del mundo y el tuyo propio había que entender la causa del sufrimiento. Por suerte quedó bastante texto sin citar de "Jesús y la compasión", y casualmente a Jesús se le ocurrió hablarnos sobre eso en los siguientes párrafos:


Entonces, cuál es la fuente de tu sufrimiento? Siempre, siempre, siempre la fuente de tu sufrimiento es tu creencia de que estás solo. Y si estás solo, entonces ¿puedes estar a salvo en un mundo de seres que están separados de ti, con voluntades separadas, cualquiera de los cuales podría elegir destruirte en un momento? Y la respuesta es, por supuesto que no. Siempre, siempre, siempre, todo sufrimiento surge de la creencia de que estás solo y el miedo de que debas permanecer así.

Y aun te he dicho - tu única función es aceptar la Expiación para ti mismo. ¿Qué significa eso? Cuando digo acepta la Expiación para ti mismo, simplemente quiero enfatizar lo que dije antes en esta conversación - que no es función tuya, ni de el Espíritu Santo, ni de Dios, saber como otro debe ejercer su libertad, como otro ser debe vivir. Y no te corresponde a ti, nunca, imponer sobre la conciencia de otro, tu comprensión de como él debe vivir, y así incrementar su miedo. Tu meta es mirar dentro de ti.
Entonces la única razón por la cual sufro y veo maldad en el mundo es porque creo que hay voluntades distintas a la mía. Una de las voluntades más temibles no es la del que me quiere matar el día de mañana, ni el que quiere secuestrar a mis seres queridos, esas sin duda pueden ser temibles, pero una realmente temible en la voluntad de Dios.

Porque si Dios está separado de mí (y todo en este mundo parece darme la razón), entonces no ha hecho nada por solucionarlo, lo cual significa que él se divierte viéndome sufrir. O algo peor, que he hecho algo que merece su castigo y por lo cual no puedo volver nunca a su lado. Eso es verdaderamente temible. Para eso fue diseñada la separación, para hacerte sentir miedo, y es la separación lo que tu ego desea mantener con vida.

¿Cuál crees tú que es la cura para la separación? Pues evidentemete la unión. ¿Pero cómo me uno a mi hermano? ¿Cómo me uno a Dios? ¿Cómo puedo unirme a eso que me da tanto miedo? ¿Cómo es posible que pueda unirme a esa persona que tanto detesto? ¿Cómo puede ser uno con alguien que sufre si no es eso lo que quiero? Jesús lo expresa de esta manera:


Ah... pero, ¿qué es lo que ves cuando miras adentro y aceptas la Expiación? Lo que ves es un mundo que no está separado, en ningún sentido, de ti. Así, cuando aceptas la Expiación para ti mismo, miras a tu mundo y ves todo como uno - de Dios para mí, para el Espíritu Santo, para cada hermano, para tu propia vida, para cada circunstancia y sí, también para el sufrimiento que parece existir en el mundo. Todo ello es parte de lo que tú eres.

Así, cuando aceptas la Expiación, aceptas a tu hermano como uno contigo. Y no hay aislamiento. No hay separación, cuando aceptas la Expiación. Así, cuando aceptas la Expiación para ti mismo, no significa, el retraerte ni apartarte ante el sufrimiento de tu hermano.

Entonces, ¿cómo enfocas el sufrimiento que ves en tu mundo?. ¿Cómo enfocas, entonces, tu deseo profundo de aliviarlo? Escúchame bien. Cuando ves sufrimiento en tu mundo y cuando tienes dolor por ello, estás viendo tu propio miedo de estar solo. Yo fui capaz de ver el sufrimiento en mi mundo, y hubo mucho - pero nunca proyecté sobre mi mundo mi miedo de estar solo. Porque yo no estaba separado de mi Padre. Y en todo momento de mi existencia yo sabía eso, total y completamente
Es intereante ver que Jesús expresa que vio mucho sufrimiento en su mundo, pero que a pesar de que veía esto él no estaba proyectando su miedo de estar solo, lo que es lo mismo, estaba unido a todos tanto en sus risas como en sus males. Como lo conversamos en la primera parte, la pregunta fundamental que debes hacerte ante una situación de sufrimimiento es ¿Qué siento yo con esto que está pasando? si la respuesta no es paz perfecta, entonces es porque estás proyectando tu miedo de estar solo en tu mundo, y no estás obrando como Jesús lo hizo en este mundo. ¿Cómo entonces hay que obrar? :


Entonces, ¿cuál era el mensaje, cuál era el mensaje que vine a traer, cuando estuve en esta tierra como Jesús? El mensaje que traje fué - no estás solo. No hay una Voluntad separada de la tuya. Y no hay ser con voluntad separada de la tuya, no hay ser que pudiera hacerte daño, - por lo tanto; estás completamente a salvo.

Y ese es el mensaje de compasión. Yo fui capaz de extender verdadera compasión, porque pude experimentar mi unidad con todos mis hermanos, y no tuve necesidad de proyectar sobre sus experiencias mi propio miedo, y mi propio deseo de no estar solo. Y en mi presencia, mis hermanos supieron que no estaban solos - y la paz entró a sus vidas en la medida que fueron capaces de abrirse a ella. Algunos se abrieron totalmente y fueron curados completamente en un instante. Algunos no la oyeron en absoluto. Y algunos la oyeron en grado variable. Así es como debe ser un mundo de libertad y un mundo de amor, tal como Dios lo ha creado y diseñado.

Así, ¿cómo percibes a tu mundo, cuando sientes el sufrimiento y las heridas adentro de ti porque lo ves? Lo que tú haces es intentar comprender la verdad de que todo regalo que das te es dado a ti mismo. Y mientras ves, y crees en el sufrimiento en tu mundo, estás pidiendo dentro de ti, descubrir la paz que viene de saber que no puedes estar solo.

Y por lo tanto, ¿qué extenderías a tu hermano en su sufrimiento imaginario? Simplemente esto - el mensaje de que él no está solo. Eso es todo. La respuesta para el sufrimiento de cualquiera, de cualquier clase, en tu mundo, esta en la comprensión, en la conciencia de tu hermano y en la tuya propia, que no están ni pueden estar solos. No puedes estar solo en tu vivir. No puedes estar solo en tu morir. No puedes estar solo en ninguna circunstancia que pareciera caer sobre ti, aun cuando ello sea tu libertad en acción.
No estás solo, no eres un ser separado, y sobre todo no hay nada que pudiera alguna vez hacerte daño. Esa es tu verdadera realidad. Cuando percibes una situación de sufrimiento, simplemente estás escuchando el llamado de tu Ser a ver las cosas de otra manera, a descubrir la paz de saber que no puedes estar solo.

Pero no confundas causas con efecto, modificar tu conducta ante estas situaciones displacenteras no cambiará tu manera de ver las cosas. Por tener una actitud más positiva, o por tratar de ver el lado amable de las cosas no te estás ayudando en nada. Hay que ser sincero en primer lugar: "Sí, estoy viendo un problema que no me hace sentir en paz", y en segundo lugar hay que tener la humildad para preguntar "¿Qué debo hacer ahora?". Afortunadamente Jesús tiene la respuesta:


Mientras te extiendes hacia tu mundo y hacia tus hermanos, y les expresas que no están solos, ¿cómo lo harías? ¿Cómo sabrás qué hacer y qué decir? La respuesta es; tú no debes saber. La respuesta es; tú no puedes saber. Te he hablado acerca de tener una pizca de fe, y decir - Yo no sé. Porque cuando sientes dolor ante el sufrimiento de tu hermano, proyectas sobre él tus propias creencias, tus propios miedos acerca de la soledad. Entonces, ¿cómo tratarás el sufrimiento de tus hermanos? Tú entiendes que lo que deseas extenderle es la verdad, la comprensión, de que no está solo, que tú eres su hermano y que te importa. Y entonces, solo necesitas escuchar adentro, así sabrás, bajo la guía del Espíritu Santo, qué hacer y qué decir.

No hay una respuesta uniforme que tengas ante el sufrimiento de tus hermanos. Porque todos ellos en su libertad, pueden estar en diferentes lugares en tu mundo de ilusión. Puedes terminar dando comida al hambriento en un caso, y ni una pizca en otro caso. Puedes terminar dando dinero en un caso. Puedes terminar dando una sonrisa en otro caso. Cada circunstancia es diferente. Y necesitas apartarte de la arrogancia que te dice lo que tu hermano necesita recibir. Más aún, en tu silencio, dejas que el Espíritu Santo te guíe en el camino, que le permitirá a tu hermano saber que no está solo. Eso es todo lo que puedes hacer para aliviar su sufrimiento. Y más aún, es todo lo que necesitas hacer.

Y, ¿qué pasará mientras la visión de tu hermano cambia a la comprensión de que, de verdad, él no está solo? Acompañando a eso debe estar tú visión adentro, de que tú tampoco estás solo y no puedes estarlo. Y cuando comprendas, como yo hice, que no estás solo, que estás a salvo, que eres libre y que eres amado completamente, entonces eso es lo que extenderás bajo la guía del Espíritu Santo a todos tus hermanos. Y es así verdaderamente, como te conviertes en Salvador del Mundo.

¡Qué hermosas y reconfortantes esas palabras! Lo único que necesito ante cualquier situación es quedarme en silencio (de mi mente), y decir con toda sinceridad "Yo, no sé", y luego escuchar lo que tienes que hacer. Esa es la única receta, cada situación es diferente, puede que veas sanar a la persona o puede que la veas empeorar, es su libertad. Pero seguir la guía del Espíritu Santo es lo mejor que puedes hacer por él, y por ti mismo.

No proyectes tus problemas sobre tu hermano, apártate, depón tus armas y pregunta qué hacer en cada situación, tú no puedes saber qué hacer, pero Dios sí, confía en ello. No traigas luz a tus problemas sino que lleva tus problemas a la luz. Y como diría Jesús para finalizar:

Mil Bendiciones para todos.

Eso es todo.

Sobre la compasión y la empatía (Parte I)

Hace unos días sentí el impulso de encontrar un texto escrito por Yeshua, el Jesús que nos habla en Un Curso de Milagros, llamado "Jesús y la Compasión". Ya lo había leído hace un par de años, y creo que ha sido una de las lecturas más esclarecedoras que he tenido desde que empecé este viaje sin distancia.

Cuando por fin lo hallé y lo releí, sentí que debía escribir sobre ello, y es ahora cuando decido hacerlo y dejar fluir e espíritu santo para mostrarme el verdadero significado de la compasión. Iré citando partes del escrito e intercalando con algunos comentarios propios.

Saludos, soy Jesús. Hablaré hoy contigo sobre el fundamento de la compasión. Seguramente esta es una de las grandes luchas que tienes en tu mundo. Y seguramente es uno de los temas que pueden confundirte en tu manera de pensar. Porque oyes comentarios, en Un Curso de Milagros y en estas cintas que te doy, que parecen decir - tu única meta es aceptar la Expiación para ti mismo. Y esto parece potencialmente excluir interés por tu hermano. Y te he dicho - no te pongas del lado de la enfermedad en presencia de un Hijo de Dios, aun si él mismo cree en ella. Y esto parece decir - no participes en su creencia de que está enfermo.
Leer en el texto de Un Curso de Milagros que la única meta de mi vida es aceptar la expiación para mi mismo suena como algo realmente ininteligible, aún entendiendo plenamente lo que se quiere decir con la palabra expiación es "perdonar por completo". Así pues, lo que Dios me pide es que acepte el perdón total para mi mismo y nadie más. ¿Esto quiere decir que no debo practicar el perdón con otras personas? ¿Debo ayudar a los que me parecen necesitados en la calle? ¿Acaso debo predicar este mensaje y hacer que otras personas despierten?

Esas son las primeras dudas que surgen en mi mente cuando trato de entender estas palabras. Parece increible decir que no debo ayudar a nadie en su proceso de despertar, sobre todo porque tanto se repite por todas partes que todos estamos en un proceso aprendiendo, y que al parecer (y sin dudarlo mucho) hay personas más avanzadas que yo en ese proceso, y por ende también personas que sigues dormidas. Continúa Jesús diciendo:

Y entonces, ¿qué puedes hacer? ¿Debe importarte? ¿Debes tratar de entrar y hacerte parte de su sufrimiento? ¿Y no es este el tema de la compasión? Miras a tu mundo y ves, una y otra vez lo que parece ser gran sufrimiento. Y hay algo dentro de ti que te llevaría a extender la mano a tus hermanos para cuidarlos y aliviarlos, para quitar su sufrimiento. Y todo tu, quizás desea tener una varita mágica, o como fuera, que pudieras tocar tu mundo y hacer desaparecer el sufrimiento.

Por lo tanto, consideremos algunas de estas nociones este día. Primero necesitamos preguntar sobre Dios mismo. ¿Podría haber creado Dios un universo en el cual pudiera exigir que no hubiera sufrimiento? Y, ¿qué estás preguntando realmente? ¿No estás preguntando, podría Dios haber creado un universo en el cual sus hijos no fueran libres, libres de experimentar lo que ellos quieran? Entonces, ¿no estás preguntando, crearía Dios un universo donde estuviera separado de sus propios hijos? Porque por supuesto, se deduce – si los hijos de Dios son uno con ÉL, y los hijos de Dios no son libres, entonces Dios tampoco lo es. Y ya no tienes que preguntar si Dios habría creado un mundo en el cual Él Mismo no fuera libre. Solo queda reírse de esta pregunta. ¿Podría alguien crear un mundo en el cual no fuera libre? Claro que no. Así, si Dios tuviera una varita mágica, tal como tu quisieras tener, con la que Él tocara al mundo y resultara lo que Él desea, ¿qué haría ÉL realmente? ¿Usaría su varita mágica para negar la libertad? Y si te he dicho que el amor es libertad, entonces negar la libertad es negar el amor.
Verás, en el cielo, realmente somos como niños pequeños, y muy mimados, por cierto. Cualquier cosa que pensemos se nos da automáticamente, lo tenemos todo. Entre tantas ideas que se nos ocurren, sucede que tenemos una idea fantastica: "¡vamos a crear un mundo donde no sea libre!", pero de esa idea se nos olvidó reir y la compartimos con toda la creación. De inmediato, Dios nos dice en su infinita sabiduría: Hijo, no es posible separarte de lo tú eres en esencia, no puedes negar tu libertad, ni el amor que tú eres.

¡Ah!, pero Dios es astuto, negarte la libertad de experimentar dicho mundo sería negarte que tú eres esa misma libertad. Así que te propone una solución: Un sueño del en el cual no recuerdes quién eres ni de donde vienes, y donde puedas experimentar justo eso que pides sentir. Y todo el cielo honró tu decisión.

Dios no creó este mundo, tú lo fabricaste en tu mente y decidiste creer en ello como tu única realidad, para llevar de vuelta al cielo el precioso tesoro de la experiencia. Pero con ello trajiste de lo que te quejas ahora y aquello por lo que ves sufrir a tu hermano, y ahora que estás comenzando a entender tu naturaleza y tu origen, ahora que has decidido regresar a casa te preguntas ¿Debo regresar solo, o esperar a que todos se alisten? Jesús añade:

¿No te he dicho también que el Espíritu Santo, y por lo tanto Dios, no es arrogante?. ¿No te he pedido a ti también que no seas arrogante cuando tratas con tus hermanos? ¿Qué es la arrogancia realmente? ¿Has pensado acerca de ella? La arrogancia, muy simplemente, es tu creencia de que sabes como alguien debe vivir. Si el Espíritu Santo fuera arrogante, ÉL se impondría en ti y dictaría a tu conciencia cómo debes vivir. Mientras seas libre, ÉL no podría imponértelo, por supuesto. Pero ÉL pudiera forzarlo en tu conciencia. Y aun así ÉL no lo hace, porque el Espíritu Santo no es arrogante.

De la misma manera Dios no es arrogante. Escúchame bien. Dios no tiene un plan de como debes vivir. Si hubiera un plan, entonces la libertad se disolvería a sus pies. La Voluntad, de Dios es libertad. Esto te lo he dicho antes. Así por ser Dios, por ser el Espíritu Santo, no tiene una varita mágica y si la tuviera, no la usaría para disipar el sufrimiento.

Entonces podrías preguntarte, ¿debería yo, debería yo en el camino que he elegido, debería yo en mi búsqueda del entendimiento del amor, debería seguir el ejemplo de Dios mismo? Quizás sería sabio. Por supuesto sientes el humor en estas palabras. Así, si Dios no es arrogante, y no impondría, ni pudiera imponer sobre cualquiera de sus hijos un plan para sus vidas, entonces cómo llegarías a la vida de tus hermanos y especialmente en su sufrimiento?

Qué hermosas estas palabras, y cuán infinitamente profundas y simples. Si Dios jamás se ha metido en tus asuntos, por qué crees que deberías meterte en el de los demás. Y ya oigo venir los gritos de asombro: ¿Pero como puedes ser indiferente al sufrimiento? ¿Cómo no puedes ayudar a los otros? ¿No es ese mismo el mensaje que Jesús nos trajo cuando vino a la tierra, el de amar a nuestro prójimo?. Pues bien, quiero que recuerdes algo: Amor es libertad, eso y nada más.

Para los que hemos dedicado un poco de nuestras vidas a esa tarea de "sanar" y "enseñar" a los otros, estas palabras puede resultar bastante descorazonadoras. Por lo menos para mi lo fueron, y mucho. Resulta que cuando llegó ese texto a mis manos yo estaba en un taller para hacer psicoterapias y "ayudar al prójimo", y quien nos lo dio a leer fue el mismo maestro del taller. ¡Qué sabia esa persona al hacernos entender que el único que necesita sanar es uno mismo! ¡Qué humilde aceptar que el problema no lo tiene quien supuestamente debemos sanar! ¡y qué arrogante pensar que debemos cambiarlo para que actúe, vea y piense como nosotros!

¿Cual es entonces la verdadera compasión y cómo debemos practicarla? ¿Debemos ser simplemente indiferentes?. Jesús lo expresa en lo siguiente:
Primero, necesitas sólo dejar tu arrogancia. Necesitas dejar tu creencia de que sabes como tu hermano debe vivir. Y esto se aplica especialmente a cosas como lo que parece ser el sufrimiento. Tu hermano es libre, así como tú lo eres. Y siempre, cada suceso, cada circunstancia en su vida y en la tuya propia, solo es una expresión de libertad. Sin embargo, persiste verdadero en este mundo de espacio y tiempo, dentro de esta ilusión, que el sufrimiento parece ser absolutamente real. Miras a tu mundo y ves dolor, miedo, conflictos y soledad. Sufrimiento físico en la forma de enfermedad, en la forma de abuso infligido de un ser a otro. Tú ves lo mismo en tu propia vida, en mayor o menor grado.

¿Cómo debes tratar con eso? ¿Cómo traté con eso cuando anduve por esta tierra? Porque, de verdad, lo hice como tú lo sabes. Primero, simplemente pregunta, ¿cuál es la causa del sufrimiento? La causa del sufrimiento es una creencia del ser, de que sufre. Eso es todo. Cuando te digo, el Espíritu Santo puede ver más allá de la ilusión y más allá del conflicto y del sufrimiento, eso es lo que quiero decir. El Espíritu Santo puede ver la libertad que esta siendo expresada. Tú ves lo que llamas dolor y sufrimiento, y deseas ayudar a quitarlo de la vida de tu hermano y de tu propia vida.
Quiero que sepas algo, cada gota de sufrimiento, cada lágrima, cada atisbo o explosión de rabia que has sentido o presenciado en este mundo ha sido elección tuya, y de nadie más. ¿Pero podría alguien decidir sentir cosas que sabe que le harán daño? Pues también quiero que sepas que aunque todas esa cosas parezcan terribles y verdaderas a este nivel, desde la perspectiva de tu ser, del Espiritu Santo, tú estás gozando con cada sensación que decides tener. No importa si crees que sea placentera o displacentera en este momento, tu Ser, tu único Ser, se regocija con cada cosa que decides hacer.

Porque esa es tu naturaleza, la de ser libre, la de amar. Cada decisión que tomas es honrada por el universo entero porque te ama, te respeta y porque tienes la libertad de hacerlo, todas la veces que tú quieras. Entonces, ¿qué es el sufrimiento? el sufrimiento es simplemente la creencia de que puedes sufrir, qué simple. Si logras abandonar esa creencia, tú creencia de que el mundo funciona de esa manera, entonces habrás abandonado toda forma de dolor, para ti y para todos tus hermanos:
¿Qué más te he dicho del Espíritu Santo y la manera como él funciona en este mundo? Te he dicho que el Espíritu Santo nunca actuará de tal manera que aumente el miedo. Porque el miedo es lo opuesto al amor. Lo que tú bien sabes. Y si tú disipas el miedo, ello es con amor. Y así es como el Espíritu Santo nunca incrementará el miedo. Y qué es decir a otro ser cómo debe vivir para aliviar su sufrimiento, si él no es capaz de oír e internalizar tu mensaje como es. Si tú sabes como debe vivir otro ser y puedes explicárselo, pero él no puede aceptarlo, ¿qué haces tú? Con esto lo que logras es incrementar el miedo. Y eso es todo. Y cuando aumentas el miedo, aumentas el sufrimiento. Así es, el Espíritu Santo nunca se impone sobre la conciencia de ningún ser para decir - así es como debes vivir. Y si tú eliges en tu compasión, seguir el ejemplo del Espíritu Santo, ¿no deberías hacer lo mismo? Y así Dios Mismo no puede y no hará nada para disipar el sufrimiento, a menos que ÉL destruya la libertad y ÉL no sea amoroso. Y Dios Mismo nunca dirá a otro como debe vivir, para no incrementar el miedo.

Entonces, ¿cómo tratas en este mundo de ilusión, aun cuando sea ilusión, con el sufrimiento que pareces ver? Preguntemos, ¿Cuál es la causa del sufrimiento? ¿Qué es lo que deseas aliviar en tu hermano? Te he dicho, la enfermedad es una elección. Es una decisión que es hecha. Y te he dicho que la enfermedad tiene como propósito probarte a ti mismo que eres un cuerpo, que realmente es la prueba para ti mismo de que estás separado y solo. Y te dije que este ego que tienes, que preservarías con tu propia vida, no es más que una colección de pensamientos acerca de quién eres. Y te he dicho - piénsalo de esta manera - tu ego sólo es una colección de pensamientos que no significan nada, que no tiene propósito realmente, excepto convencerte de que estás totalmente solo. ¿Lo ves?

La clave para abandonar la creencia en el sufrimiento y ayudar al prójimo está en la pregunta ¿cuál es la causa del sufrimiento? y sobre todo en la respuesta a ¿Qué deseo aliviar en mi hermano? Por sea cual sea la respuesta, no tiene nada que ver con él, sino contigo mismo. ¿Que me hace sentir que mi hermano este viviendo esa situación? Responde esa pregunta desde el corazón y date cuenta que la emoción que te produce es simplemente algo que se repite en tu vida, de varias maneras y con diferentes magnitudes. ¿No deberías primero mirar la viga que tienes en el ojo antes de arrancar la que ves en tu hermano? ¿No es acaso esa viga que tienes en el ojo la responsable de la que ves en él? ¿No es esa la causa de su sufrimiento?.

No seas arrogante y acepta el perdón para ti mismo, no lo hagas por los demás, porque no lo necesitan. Ellos son perfectos tal como están, y honra las decisiones que tomen, aún cuando ellos crean que pueden sufrir. No te unas a tu hermano en su enfermedad, la empatia verdadera no es sentir lo mismo que él, sufrir con él, ni llorar con él. La verdadera empatía se encuentra en percibir correctamente la situación, ver más allá del sufrimiento y encontrar la decisión por la cual has decidido vivir esa experiencia. Tú visión es lo único que los puede hacer sanar.

Suele surgir la duda, ¿quién tiene el problema? ¿Ellos o yo?. Y te pido que observes detenidamente lo que estás preguntando. ¿Podría tener el Hijo de Dios algún problema? ¿Entones por qué lo percibes como tal? Simplemente porque estás defendiendo tu creencia en el mundo, en tu ego, en tu cuerpo, en tu situación de estar separado de la totalidad. ¿Quién tiene el problema? Pues si lo ves, si lo SIENTES, como un problema, si es una situación que no te da paz, entonces es tú creencia de que puede haber sufrimiento, y es tu responsabilidad deshacerla, por supuesto que de nadie más.

viernes, septiembre 14, 2007

Vuelo libre, vuelo en el amor


El amor es libertad.
Buscarlo encadenándote a ti mismo
es separarte a ti mismo de él.
¡Por el Amor de Dios, no busques más la unión en la separación,
ni la libertad en el cautiverio!
Conforme liberes, serás liberado.

Texto Cap- 16.VI.2

Un Curso de Milagros

jueves, septiembre 13, 2007

"Realidad" Virtual

En una charla con Connan, un maestro de Wisconsin hablamos de los simuladores de "realidad" virtual se trata de estos equipos computarizados, diseñados para experimentar ilusiones que aparenten ser reales. ¿Cómo lo logran? Lo logran mediante el estímulo directo a los sentidos, utilizando artefactos especiales como visores, cascos, audífonos, guantes, vestidos, etc. que por ejemplo cuanto te pones un "visiocasco" tus ojos ven objetos en tercera dimensión, e incluso los guantes intensifican la sensación de tacto para coincidir con los objetos proyectados, tienen también simuladores que den la sensación de dinamismo y gravedad.


En fin, no soy experta en el tema pero entiendo que se trata de equipos que cuando te los pones tienes acceso a un mundo simulado de tercera dimensión cuyos impulsos son captados por tus sentidos; de hecho es un mundo que te engaña porque una vez inmerso con esas sensaciones olvidas que estás en un simulador y tu nivel de adrenalina, pulso y ritmo cardiaco puede cambiar ante los estímulos computarizados que perciben tus sentidos.


Wow! Si ya el avance en la tecnología pareciera digno de mención, lo que me pareció más relevante de este tema es identificar cómo mis sentidos pueden inventarme el mundo que creo ver. Me asombra corroborar mi gran dependencia de los sentidos para pretender "conocer" mi ubicación temporal, mi entorno. Imagínate, con esos aparatos de hecho estaría "creyendo" hallarme inmersa en un sitio distinto, quiza me veo cayendo de un acantilado y utlizando un paracaídas con el que puedo flotar plácidamente en el cielo mientras continúa mi descenso, y todo esto mientras de hecho yo permanezco sin siquiera haber despegado las plantas de mis pies del simulador virtual. Wow, es impresionante lo que mis sentidos pueden "recrear". Eso me recordó La Matrix, esa escena del desierto y la exposición de Morfeo a Neo acerca de ¿Qué es real?

Esto de los simuladores virtuales hoy contribuye a ilustrarme perfectamente la frase de UCDM que dice que cuando limito mi mente a los sentidos dejo fuera, descarto, a la grandiosidad que me rodea.

"El cuerpo es incapaz de saber nada.
Y mientras limites tu conciencia a
sus insignificantes sentidos
no podrás ver la grandeza que te rodea."
Texto Cap. 18.VIII.2
Un Curso de Milagros

Asimismo me ejemplifica la temporalidad y parcialidad de la percepción, percepción que me trae evidencia de lo que "creo" ser, percepción que cuando no es "correcta" me conduce a sentirme vulnerable, indefensa, con necesidad de paracaídas, de protegerme, de aliviarme; percepción que me distrae con su clasificaciones, con sus definiciones, con sus calificaciones y descalificaciones, con sus juicios, ¡ah, los juicios... ...el problema!

No puedo conocer en base a mi opinión, basada en mis juicios, en mis sentidos... ...¡eso no es conocer, eso es percibir! Qué fortuna que sólo la Verdad es verdad y nada más lo es. La Verdad es eterna, inmutable y todoabarcadora. Mis sentidos no me la dan a conocer, porque los sentidos perciben mas no conocen. Pero con la ayuda del guía interno someto todos mis sentidos a su interpretación y con ello me devuelve una experiencia del mundo que está más allá de este mundo y que es el lugar en donde mi grandiosidad permanece intacta, ese mundo que está en mi mente, morada del Amor, de la luz desde la que irradia bendiciendo todo cuanto percibo.

Wow, es un mundo maravilloso, es un sueño feliz, es una realidad virtual inefable, es una opción. Es una opción lista para que yo opte por ella, lo único que tengo que hacer es no interferir, por ello me hago a un lado, mi simple voluntad de no interferir es suficiente para hacerme a un lado. Escucho, aprendo y hago.

Y aquí me tienes, en esta gran cruzada de "Escuchar, aprender y hacer" celebremos la coincidencia, me encanta coincidir contigo en donde nunca nos hemos separado, el Amor.


Yo también te amo.

lunes, septiembre 10, 2007

No se puede negociar



Es costumbre de mi ego negociar, todo, todo se vuelve negociable ¿y por qué no? Cuando es un simple trueque de ilusiones, unas por otras, las ilusiones incluso me dan la apariencia de haber obtenido un buen "trato", un buen "negocio". Así, se la lleva mi ego en una dinámica de negociación, con mi pareja, con mi familia, con mis colegas laborales, con los demás transeúntes, con todos y por todo. Esa negociación en donde alguna de las partes cede, concede, accede, otorga o incluso parece sacrificar algo a fin de que la otra parte obtenga, detente o incluso parezca que gana algo.


Me encanta, me encanta esto de encuerar a mi ego, que no sabe pa´dónde hacerse cuando reconozco Quién Soy, y al ser la Unicidad, el Todo, no veo fragmentos, no veo partes, y por ende tampoco veo objeto o caso a negociar. No se puede negociar, porque lo que es todoabarcador no carece de nada, y al no estar fragmentado tampoco ve a "otros" con los que pueda negociar.



Me encanta, me encanta esto de encuerar a mi ego, el que "prendió la veladora" en un afán de negociar con Dios, como si Dios estuviera al pendiente de que yo le prenda la velita para entonces atenderme, jajaja, eso sería negociar, eso sería pensar que Dios puede darme fortuna o quitarme el infortunio, por ende eso equivaldría a no saberme responsable de todo cuanto percibo, siento y experimento. Eso equivaldría a un ataque de amnesia completito, en el que olvidándome Quién Soy, coqueteo con la demente idea de pensar que puedo ser "la víctima" y que con la velita o el rito puedo negociar una situación distinta.


Mi ego me trae tantas negociaciones como situaciones se me presentan, pero insisto, eso sería trocar ilusiones por ilusiones, la ilusión de carestía por la de compensación, la ilusión de agravio por la ilusión de "justicia", ilusiones por ilusiones, me cansa. Me rindo y de nuevo en esa rendición permito que la voz de mi Ser Interior, esa Santa Voz me recuerde que mi felicidad está dentro de mi y que eso no se puede negociar.


¡Qué felicidad!
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lunes, septiembre 03, 2007

Nada que temer


No hay tiempo,
lugar ni estado
del que Dios esté ausente.
No hay nada que temer.

Texto Cap. 29.I.1
Un Curso de Milagros




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sábado, septiembre 01, 2007

Cuando parece que estoy en medio de un lío

Cuando parece que estoy en medio de un lío, en medio de un problema, de una situación donde no tengo paz, felicidad, amor y me invade una sensación de pérdida,angustia, irritación, molestia o de desesperanza, justo ahí:

¡Renuncio! Depongo mis armas, ceso mis esfuerzos -que sobra decir han sido minúsculos por haber puesto mi pequeñez en tareas que sólo la fuerza del Cristo en mí podría haber realizado-.

En esa abdicación a gobernar el atemorizante mundo que me he fabricado, justo en ese instante de abandono, de rendición, ahí mismo es cuando me llega la amorosa voz de Jesús y me dice:
"Hermano mío, elige de nuevo."

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