lunes, enero 02, 2006

reconozco que es un sueño y entonces

Lo que percibo son proyecciones de mi mente, hologramas. Donde además el pasado... el retraerlo o recordarlo, es evocar un tiempo que no existe y perderme del presente, del instante.


Mi Padre me ha dado el libre albedrío, yo decido, puedo elegir, tal como lo decidió el hijo pródigo. Yo decido qué hacer con mi herencia. Y lo que es mejor mi Padre, no deja de serlo aún cuando yo no estoy cerca, aún cuando crea haber despilfarrado mi herencia, mi padre corre a mi encuentro y me abraza, ahí, en mi hogar.

Evocar el pasado es alejarme de mi Padre, recordar un suceso es perderme del presente. Recrear momentos o inventar variaciones de pasado es tan irreal como el pasado mismo y ahí no estoy en paz. Ni siquiera cuando me invento variaciones de pasados, ahí no estoy en paz. No en la paz de Dios, porque cuando me pongo a pensar en "yo hubiera tal o cual" estoy en la horizontal que me captura en una línea horizontal de tiempo y espacio y me distrae de mi función, me distrae de mi identidad.

Sigo siendo tal como Dios me creo. Este es un notición, celebremos. La alegría es reflejo del amor y paz de Dios. Prefiero ser feliz que tener la razón.

En cambio, a mi ego le encanta ganar el punto, que le digan"tienes razón", que le digan "coincido contigo"; a mi ego le encanta cuestionar, evaluar, sopesar y darle vueltas. Es un ego prestidigitador, lo veo, lo tengo a la mano, mas sé que no es real, sé que es una ilusión,
reconozco que es un sueño y entonces:


¿qué tan dormido puede estar
quien sabe y reconoce
que está soñando?



Celebremos, felices sueños para todos!

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[Artículos relacionados en el Boletin de UCDM Internacional]

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por decir la verdad.
No hay mas sordo que el que no quiere oir, ni mas ciego que el que no quiere ver.
Gracias por visitar mi blog