martes, diciembre 21, 2010

Again -Mi única Co-dependencia


Suelo decir que en "el mundo", "el sueño", "el ruedo" o "la cancha" existen reglas, leyes, técnicas y recomendaciones para hacerme de un "juego exitoso" y que Un Curso de Milagros es el mejor entrenamiento mental no únicamente "ver los toros desde la barrera" sino para reconocer que esa plaza de toros, donde "toreo" situaciones diarias, es tan imaginaria como el mismísimo toro y en este reconocimiento el mundo se des-hace, me libero.

En un mundo de separación aparentemente cada quien tiene su "ruedo", los asíaticos tienen "su ruedo", los europeos, los americanos, y hay todavía más "ruedos" por situación geográfica; igualmente hay "ruedos" para cada género, preferencia, ocupación, escolaridad, condición física, anímica, social, económica, política. Cuestiones a nivel cancha y cada quien parece tener "su cancha". Y a menudo -cuando me olvido de Quién Soy- me "engancho" en una "cancha" y lo llamo "solidaridad" que no es sino una forma de mantenerme encadenado "al mundo". (Recomiendo leer los comentarios de Carolina Corada, Rita Calderón y Lucía al tema de la
Empatía)

Y bueno, a nivel cancha te pones "la camiseta" (la identidad) acorde al juego en el que te hallas inmerso y acorde al "rol" o papel que -en ilusorio juego- tu ego te ha dispuesto. Así tienes una relación o varias, que es tuya, que es diferente, que es especial, una relación que nutres y procuras, porque la otra persona es "tu amigo", "tu jefe", "tu empleado" "tu familia", "tu cónyuge", "tu", "tu", "tu". Es más incluso ilusamente llegas a describirte/definirte en función de esa relación "soy el padre de..." "soy la pareja de...", "soy el gerente de...", etc. (Recomiendo la lectura de "
Libera a tu hermano -Deja los Post-it en paz")

Y estas identidades que no hacen más que separarte del Todo -triunfo para el príncipe del mundo- se arraigan en función del juicio que emites al rol que desempeñas, "quieres se un buen jefe", "un buen padre", "un buen amigo". Imagínate, si ya con tener la etiqueta de [madre] me da un punto de referencia en cuanto a las reglas de la cancha, ahora date cuenta qué estresante puede resultar imponerme además la etiqueta de [buena madre], eso conlleva muchas más reglas y acciones en la cancha, de la misma forma aplican para mis interacciones en la cancha con los demás. Por ejemplo, cuánto espero de mis hijos: espero que sean [buenos hijos] porque yo soy [buena madre], y una vez con estas etiquetas, juicios o filtros, lo único que hago es comparar. (Tristemente porque ya sé que el amor no hace comparaciones.) Pero a nivel cancha comparo porque ilusamente creo que soy diferente, que soy especial. Donde Todo es Lo Mismo no hay lugar a comparación, pero en el mundo, en la cancha, no es así.

"La comparación debe ser un mecanismo del ego, pues el amor no las hace. Creerse especial siempre hace comparaciones. Pues se establece al ver una carencia en el otro y se perpetúa al buscar y mantener claramente a la vista cuanta falta se pueda percibir."
Texto Cap. 24.II.1 ---Un Curso de Milagros


Entonces, con la contribución de mi ego me hice de una relación especial, la "mía", la que tengo que cuidar, y por ende preciso estar al pendiente de lo que la otra persona hace o deja de hacer, quiere o necesita. Porque con los ojos del ego, a la otra persona le hace falta algo y mi pequeño yo puede cubrir sus necesidades, yo puedo atender sus peticiones. En mi mente ego-céntrica -la otra persona me necesita y yo necesito sentirme necesitado, para poder cumplir mi etiqueta de [bueno], de [preocupado], de [superman], de [mujer maravilla], de [sufrido/víctima], de [rescatador] esa etiqueta que me pone mi mente ego-céntrica en función de ver en el otro, precisamente "otro", otro que no soy Yo Mismo.

Y responde mi ego: "por supuesto que veo a otro, ¡puesto que yo no soy así!, yo no soy inmaduro, yo no soy irresponsable... ...¡Yo no soy adicto!"

Me da un ataque de risa, jajajajajajajajajajajaja. ¿Que no soy adicto? Claro que lo soy, soy adicto a sentirme "único y especial", adicto a ver el pasado en la otra persona y con esa visión estoy siendo adicto a "mi cancha", a mi "ruedo", adicto al ilusorio sitio en donde estoy separado del Todo, adicción que se refuerza cuando olvido Quién Soy y por ende olvido que no hay nada fuera de mí.


Esto es lo que persigue el especialismo y esto es lo que contempla. Y siempre aquel a quien tu deseo de ser especial así rebaja, habría sido tu salvador si tú no hubieses elegido hacer de él un triste ejemplo de cuán especial tu eres. Contra la pequeñez que ves en él, tu te yergues alto y señero, irreprochable y honesto, puro e inmaculado en comparación con lo que ves. No entiendes que al hacer eso es a ti mismo a quien te rebajas.
Texto Cap. 24.II.4 -- Un Curso de Milagros

Ese "otro" es mi espejo, el mundo no es nuestro hogar, más allá de ese "ruedo", más allá de ese mundo hay un mundo que deseo, el viaje ha iniciado, depende de mí, Todo depende de mí, en Mí está la salvación. La solución a este problema es la solución que sirve para todos los problemas, debido a que sólo hay un problema y sólo hay una solución. El Espíritu Santo que ve todas "las canchas", todos "los ruedos" viene al sueño para recordarme que soy el Santo Hijo de Dios, en perfecta paz, dicha y felicidad, que no hay nada fuera de mi, que el Padre y yo estamos unidos, que no hay una línea en dónde el Padre acabe y empiece Yo, estamos en la Unicidad perfecta, el sitio del sueño no es mi hogar y yo lejos de las ilusiones siempre estoy a salvo. No voy a encadenar a mi hermano a las imágenes que niegan su Verdadera Identidad, que es la mía.



"La Biblia dice que tu camines con un hermano el doble de lo que él te pide. Ciertamente no sugiere que le retrases en su viaje. La devoción a un hermano tampoco puede retrasarte a ti. Sólo puede conducir al progreso mutuo."
Texto Cap. 4.--- Un Curso de Milagros

Ahora mi ego me trae sentimientos de culpa, siento pena por haber atado a mi hermano a un sitio que no le corresponde. Tengo ganas de pedirle perdón por lo malo que he sido. ¡Basta! En lugar de lamentarme por lo que nunca fue, en lugar de esa infructuosa torura mejor celebro la buena nueva, el evangelio que trae la salvación del mundo de las ilusiones. Supiro y respiro, el aquí y el ahora es brillante, amoroso, tierno, redentor, tal como el Espíritu Santo, mi guía y salvador, mí única co-dependencia.


"Mira a tu hermano otra vez, no sin el entendimiento de que él es el camino al Cielo o al infierno, según tu lo percibas a él. Y no te olvides de esto: el papel que le adjudiques se te adjudica, y tu caminarás por el camino que tu le señales porque ese es tu juicio sobre ti mismo."
Texto Cap. 25.V.5 ---- Un Curso de Milagros

¡Celebremos!

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