domingo, agosto 22, 2010

Conócete a tí mismo

Wow, antes creí conocerme porque yo sabía perfecto mis preferencias, mi origen, mis anhelos y aspiraciones. En ese listado vaya que si yo me creía conocerme, me identificaba con los que compartían mis gustos, credos, aficiones, declaraciones y acciones. Tenía la ingenua certeza de quien al definirse por completo (incluyendo género, escolaridad, profesión, edad, religión) se conoce a sí mismo.

"Conócete a tí mismo" no se refiere a saber cómo es que yo soy distinto, singular, único y sobresaliente de los demás. Conocerme implica saberme en comunión con todo, sin diferencias, sin particularidades.

Sólo puedo conocerme al encontrarme en todos los espejos que me reflejan. Esos espejos tienen formas disímiles -en apariencia- pero todos están reflejando lo que yo quiera aprender.

Cuando quiero aprender del sufrimiento y del dolor es porque yo mismo soy maestro de esa materia, el mundo refleja lo que yo le enseño.

"Conócete a tí mismo" además de ser el fin del Curso de Milagros, ahora mismo lo enfatizo y declaro como Reconócete a tí mismo.

Sí, tal cual, reconócete a tí mismo en el anciano, en la madre, en el asiático, en el ejecutivo, en el musulmán, en el político, en el estudiante, en el comerciante, en el soldado, en el pacifista, en fin. Reconócete en todas las imágenes que tu sueño te trae. Cuando puedes identificar que frente a tí sólo está el Hijo de Dios, entonces felicidades ¡ya te estás viendo al espejo!

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dice el Texto de Un Curso de Milagros Cap. 8. III

El objetivo del plan, de estudios, independientemente del maestro que elijas es:
"Conócete a ti mismo”. No hay nada más que buscar. Todo el mundo anda buscándose a sí mismo y buscando el poder y la gloria que cree haber perdido. Siempre que estás con alguien tienes una oportunidad más para encontrar tu poder y tu gloria. Tu poder y tu gloria están en él porque son tuyos. El ego trata de encontrarlos únicamente en ti porque no sabe dónde buscar. El Espíritu Santo te enseña que si buscas únicamente en ti no te podrás encontrar a ti mismo porque tú no eres un ente separado. Siempre que estás con un hermano, estás aprendiendo lo que eres porque estás enseñando lo que eres. Tu hermano reaccionará con dolor o con alegría, dependiendo del maestro que tú estés siguiendo. Será aprisionado o liberado de acuerdo con tu decisión, al igual que tú. Nunca olvides la res­ponsabilidad que tienes hacia él, ya que es la misma responsabili­dad que tienes hacia ti mismo. Concédele el lugar que le corresponde en el Reino y tú ocuparás el tuyo

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Conócete a ti mismo. hace años, alguien me dijo, además debes tolerarte, aceptarte, "aguantarte" (con lo que veas) jajaja y soportarte....
No es tan sencillo. Hay que sobrepasar la barrera de los autoengaños...Y aún así...debe pasar un tiempo para que "de repente"...los flashes lleguen y dejes que el Espíritu santo, o Tu Unicidad...te señalen así, por instantes, la verdad de uno...¡¡¡y qué calma , luego¡¡ No pasa nada...Como hay una pancarta en vuestro blog: Todo está bien.
Gracias, por el acompañamiento en el Sendero a casa....