Mi sustento es el Amor de Dios

Conforme escucho la Voz de Dios,

Su Amor me sustenta.

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Conforme abro mis ojos,

Su Amor alumbra el mundo para que lo vea.

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Conforme perdono,

Su Amor me recuerda que Su Hijo es impeca­ble.

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Y conforme contemplo al mundo con la visión que Él me ha dado,

recuerdo que yo soy Su Hijo.

Un Curso de Milagros

Lecc. 60.50