Y jamás tendré todas las pruebas puesto que los testimonios me vienen del ego, gran manipulador y recopilador de momentos pasados, este ego que ha capturado imágenes de ilusorios sucesos con guiones melodramáticos con los que me olvido de Mi Identidad y me imagino vulnerable, víctima, en riesgo.
Amo la lección 151 y la leo en primera persona, aqui traigo unos fragmentos:
"Sin embargo tengo que aprender a dudar que la pruebas que los vasallos del ego me presentan puedan despejar el camino que me lleva a reconocerme a mi mismo, y dejar que la Voz que habla por Dios sea el único Juez de lo que es digno que yo crea, El Espíritu Santo no me dirá que debo juzgar a mi hermano basándome en lo que mis ojos ven en él, ni en lo que su boca le dice a mis oidos, ...Él Espírtu Santo ignora todos esos testigos los cuales no hacen sino dar falso testimonio del Hijo de Dios.
El Espíritu Santo reconoce sólo lo que Dios ama y en la santa luz de lo que Él ve todos los sueños del ego con respecto a lo que yo soy se desvanecen ante el resplandor que Él contempla.
El eliminará todo vestigio de fe que haya depositado en el dolor, los desastres, el sufrimiento y la pérdida.
El me concede una visión que puede ver más allá de estas sombrías apariencias y contemplar la dulce faz de Cristo en todas ellas.
Ya no volveré a dudar que lo único que me puede acontecer a mí -a quien Dios ama- son cosas buenas, pues Él juzgará todos los acontecimientos y me enseñará la única lección que todos ellos encierran.
El seleccionará los elementos en ellos que representan la verdad e ignorará aquellos aspectos que sólo reflejan sueños fútiles. Y re-interpretará desde el único marco de referencia que tiene -el cual es absolutamente integro y seguro- todo que vea, todos los acontecimientos, circunstancias y sucesos que de una u otra manera parezcan afectarme.
Y veré el amor que se encuentra más allá del odio, veré la inmutabilidad en medio del cambio, veré lo puro en el pecado y, sobre el mundo, únicamente la bendición del Cielo.
Tal es mi resurrección, pues mi vida no froma parte de nada de lo que veo. Mi vida tiene lugar más allá del cuerpo y del mundo, más allá de todos los testigos de lo profano, dentro de lo Santo y es tan santa con Ello Mismo.
En todo el mundo y en todas las cosas Su Voz no me hablará más que de mi Creador y de Mi Ser, el Cual es uno con Él. Así es como veré la santa faz de Cristo en todo y como oiré en ello el eco de la Voz de Dios.
Hoy le ofreceré mis pensamientos, dejaré que Él evalue todos los que me vengan a la mente, que elimine de ellos los elementos de sueño y que me los de vuelva en forma de ideas puras que no contradicen la Voluntad de Dios.
El me devolverá los pensamientos en forma de milagros que proclaman alegremente la plenitud y la felicidad que como prueba de Su Amor eterno Dios dispone para Su Hijo. Y a medida que cada pensamiento sea así trasformado, asumirá el poder curativo de la Mente que vio la verdad en él y no se dejó engañar por lo que había sido añadido falsamente.
Todo vestigio de fantasía ha desaparecido. Y lo que queda se unifica en un Pensamiento perfecto que ofrece su perfección por doquier.
Así es como se me enseña a enseñarle al Hijo de Dios la santa lección de su santidad. Nadie puede dejar de escuchar cuando yo oigo la Voz que habla por Dios rendirle honor al Hijo de Dios. Y todos compartirán conmigo los pensamientos que Él ha reinterpretado en mi mente.
Tal es mi Pascua. Y de esa manera deposito sobre el mundo la ofrenda de azucenas blancas como la nieve que reemplaza a los testigos de la separación y de la muerte. Mediante mi transfiguración el mundo se redime y se le libera jublosamente de la culpabilidad. Ahora elevamos nuestras mentes resurrectas llenos de gozo y agreadecimiento hacia Aquel que nos restituyuo la Cordura.
La paz de Dios pertenece a todos."
¡Felices Pascuas!
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