Si le señalas a tu hermano los errores de su ego tienes forzosamente que estar viendo a través del tuyo porque el Espíritu Santo no percibe sus errores.
Reaccionar ante cualquier error, por muy levemente que sea, significa que no se está escuchando al Espíritu Santo.
Él simplemente pasa por alto todos los errores y si tú les das importancia, es que no lo estás oyendo a Él. Si no lo oyes, es que estás escuchando al ego y mostrándote tan insensato como el hermano cuyos errores percibes.
Cuando un hermano se comporta de forma demente
sólo lo puedes sanar percibiendo cordura en él.
Texto Cap. 9. III.3-5
Un Curso de Milagros
A Course in Miracles
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