Sólo mi ego sacrificaría la felicidad por un "yo tengo razón", qué cansado resulta el juego del ego que se dedica a subrayar argumentaciones vacías que no ayudan en nada a reconocerme en mi prójimo.
Por eso depongo los juicios, prefiero ser feliz, me rindo, y en esa rendición llega la victoria, y con ella me rodea la felicidad.
==============
No hay comentarios.:
Publicar un comentario