¿Qué quieres que haga?
¿Qué quieres que diga y a quién?
y dejo que El se encargue de lo demás, confío en que escucharé Su Voz ya que siempre responde a quienes recordamos que abrigar resentimientos es una tentación cuyos frutos son confusión, infelicidad y fracaso.
Así al ponerme en sus manos, cuando me curo no soy el único que se cura, ya que la curación es como dice la lección 137.9. "el feliz intercambio del mundo de dolor por uno en el que la tristeza no tiene cabida"
"Cuando me curo no soy el único que se cura.
Y quiero compartir mi curación con el mundo,
a fin de que la enfermedad pueda ser erradicada
de la mente del único Hijo de Dios, Quien es mi único Ser."
"Cuando me curo no soy el único que se cura.
Y quiero bendecir a mis hermanos,
pues me curaré junto con ellos
tal como ellos se curarán junto conmigo."
Amén.
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