El abuelo, sigiloso para no interrumpir a la nena, se acercó y alcanzó a escuchar que la niña repetía en desorden letras del abecedario:
-"....erre, de, ache, a, be, eme, de, efe, pe, ge, jota, ese, ene, zeta, te, eme, eme, cú, ele..."Lo estaba repitiendo en una forma queda, solemne y llena de reverencia.
Por la tarde el abuelo le preguntó a la pequeña qué hacía hincada frente al árbol. La niña le explicó: -
"Estaba orando a Dios. Como yo no sé rezar bien, le doy a Dios todas las letras, entonces Él las acomoda perfecto porque Él ya sabe lo que yo quiero, claro, es Dios".
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Nunca olvides que el Espíritu Santo
no depende de tus palabras.
El comprende las peticiones de tu corazón y las colma.
Dios le ha dado el poder de traducir
las oraciones de tu corazón a Su lenguaje.
Un Curso de Milagros.
Manual para el Maestro. 29.6
3 comentarios:
Los niños saben, nuestro corazón también... dejemos que la vida fluya y que se realice en cada instante, cada uno de los momentos son sagrados...¿puedes percibirlo?
Gracias, me gusta mucho pasar a visitarlos!!!!
Lidia
me gusto tu articulo. y tu blog tmb saludos.
Gracias por tan bella oración.
Quiero tener un corazón de niño para expresarle mis verdaderos sentimientos a Dios y dejar que Su Voluntad se Haga en mí.
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